Biblioteca Popular José A. Guisasola





país: Japón

Los libros, una experiencia compartida

Desde 1967, el 2 de abril, coincidiendo con la fecha del nacimiento del escritor danés Hans Christian Andersen, el IBBY promueve la celebración del Día Internacional del Libro Infantil con el fin de promocionar los buenos libros infantiles y juveniles y la lectura entre los más jóvenes.

Cada año, una sección nacional del IBBY tiene la oportunidad de ser la patrocinadora internacional del Día del Libro Infantil y selecciona un escritor representativo y a un reconocido ilustrador de su país para que elaboren el mensaje dirigido a todos los niños del mundo y el cartel que se distribuye por todo el mundo, y se promueva la celebración en las bibliotecas, centros escolares, librerías, etc.

En 1996, el país elegido es Japón. El diseño del cartel es de Kaoru Ono, y el texto, de Shigeo Watanabe.


Los libros, una experiencia compartida

En una visita que realicé en una ocasión a una biblioteca, descubrí a una mujer embarazada curioseando entre los libros de imágenes y seleccionando atentamente entre ellos; la expectante felicidad que sentía radiaba como un aura brillante a su alrededor. He aquí una amantísima futura mamá, pensé, que conversa y le canta a su hijo aún no nacido e incluso le lee cuentos. Me imaginé al bebé moviéndose y dando patadas en el apacible calor de su vientre, escuchando el sonido de la voz de su madre. Había algo profundamente entrañable en esa visión instantánea del lazo que comienza a formarse entre madre e hijo durante los meses en los que ambos son físicamente uno, sin distancia alguna que los separe.

Yo también escuché canciones y nanas en el cálido y apacible regazo de mi madre e historias de héroes aventureros agarrado a los fuertes brazos de mi padre. Y cuando quería que me contaran un cuento popular, siempre había un abuelo complaciente que cumpliera mi deseo. En la Escuela Primaria, tuve un profesor que en los días de lluvia nos decía que guardáramos nuestros textos. Entonces sacaba de su bolsillo de pasta blanda y nos leía exóticos relatos de la mitología griega. Las historias que oímos en la infancia permanecen con nosotros el resto de nuestra vida, unidas de forma indisoluble al recuerdo de las personas que nos las contaron.

Así que, para mí los relatos han sido extremadamente importantes: me dieron cierta paz mental, abrieron mis horizontes, me enseñaron la docilidad y capacidad necesarias para tolerar la soledad, y alimentaron la fuerza de la que sacar coraje y entereza. Cuando formé mi propia familia, mi mujer y yo transmitimos esta maravillosa experiencia a nuestros hijos.

El tiempo, así transcurrido, abrazando estrechamente a nuestra prole y leyéndoles cuentos, fue de una felicidad plena e irremplazable.

Por supuesto, para contarles las historias, nos apoyábamos en los libros. Mediante los libros leíamos juntos, descubríamos amigos afines, explorábamos nuevos reinos de imaginación y viajábamos por el mundo. Las páginas compartidas entre padres e hijos son como un hogar en nuestros corazones, el lugar al que remontamos el inicio de nuestro desarrollo espiritual, y los lazos que establecen entre ambos son muy fuertes.

Creo firmemente en el poder de los libros. Registran en impresión duradera las narraciones que crean las personas, a veces con ilustraciones, de manera sencilla y accesible a todos. Pueden leerse a cualquier hora en cualquier parte. Los libros hacen que el corazón y la mente de las personas se unan y conjuguen más allá del tiempo, del espacio e incluso de la lengua y cultura. La lectura es un acto solitario y a la vez compartido con los demás. Si todos los niños del mundo pudieran aprender a leer y si cada persona de la Tierra tuviera tan sólo un libro, seguramente las guerras y conflictos que afligen a nuestro mundo disminuirían radicalmente.

Todo adulto que recuerde su infancia sabe lo que era estar solo. Como sabemos que fueron los libros y las historias las que nos salvaron de la angustia de la soledad y nos dieron esperanza. Podemos verlo con suficiente intensidad en los informes procedentes de los campos de refugiados que huyen de los destrozos de la guerra. Después de la comida, son los libros y los relatos los que más rápidamente devuelven la sonrisa a la cara de los niños. Esas sonrisas nos dicen sin mentira: los buenos libros infantiles nos pueden ayudar a preparar el terreno para la paz.



Shigeo Watanabe
(Japón)
Fuentes consultadas:
Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes
CLIJ. Cuadernos de literatura infantil y juvenil
Año 8, Número 72, mayo de 1995

Biblioteca Virtual de Prensa Histórica
© Ministerio de Educación, Cultura y Deporte
Gobierno de España




International Children's Book Day 1995

Since 1967, on or around Hans Christian Andersen's birthday, 2 April, International Children's Book Day (ICBD) is celebrated to inspire a love of reading and to call attention to children's books.

Each year a different National Section of IBBY has the opportunity to be the international sponsor of ICBD. It decides upon a theme and invites a prominent author from the host country to write a message to the children of the world and a well-known illustrator to design a poster. These materials are used in different ways to promote books and reading. Many IBBY Sections promote ICBD through the media and organize activities in schools and public libraries. Often ICBD is linked to celebrations around children's books and other special events that may include encounters with authors and illustrators, writing competitions or announcements of book awards.

The sponsor for International Children's Book Day for 1995 is Japan
Message: Shigeo Watanabe
Poster: Kaoru Ono




Books – a Shared Experience




Sources consulted:
International Children\'s Book Day (1967-2002)
austrian literature online - alo © DEA 2002-2012
University of Innsbruck, Austria

https://filanagnosia1pyr.blogspot.com/2012/03/ibby-1990-1999.html



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