Biblioteca Popular José A. Guisasola





país: Brasil

Libros: una red de casas encantadas

Desde 1967, el 2 de abril, coincidiendo con la fecha del nacimiento del escritor danés Hans Christian Andersen, el IBBY promueve la celebración del Día Internacional del Libro Infantil con el fin de promocionar los buenos libros infantiles y juveniles y la lectura entre los más jóvenes.

Cada año, una sección nacional del IBBY tiene la oportunidad de ser la patrocinadora internacional del Día del Libro Infantil y selecciona un escritor representativo y a un reconocido ilustrador de su país para que elaboren el mensaje dirigido a todos los niños del mundo y el cartel que se distribuye por todo el mundo, y se promueva la celebración en las bibliotecas, centros escolares, librerías, etc.

En 2003, el país elegido es Brasil. El diseño del cartel es de Rafael Fabrice Yockteng Benalcázar, y el texto, de Ana María Machado.




Libros: una red de casas encantadas

por Ana Maria Machado


Yo era chica, pero no recuerdo exactamente qué edad tenía... Sólo sé que era lo suficientemente alta como para estar de pie frente al escritorio de mi padre, apoyar los brazos encima y colocar el mentón sobre las manos. Frente a mis ojos, bien grande, había una estatuilla de bronce: un caballero muy delgado con una lanza en la mano y montado en un caballo esquelético, seguido por un burrito que cargaba a un hombrecito gordinflón con el brazo extendido y dando vivas con el sombrero.

En respuesta a mi pregunta, mi padre me los presentó:

—Don Quijote y Sancho Panza.

Quise saber quiénes eran y dónde vivían. Me enteré que eran españoles y que durante siglos habían vivido en una casa encantada: un libro. Luego mi padre interrumpió su trabajo, tomó un libro enorme de la biblioteca y comenzó a mostrarme las ilustraciones mientras me contaba las aventuras de esas dos personas. En una de las ilustraciones aparecía Don Quijote rodeado de libros.

—¿Y quién vive dentro de esos libros? —pregunté.

De la respuesta de mi padre, comprendí que existían toda clase de libros y dentro de ellos, existían infinitas vidas. A partir de ese momento, de la mano de mis padres, empecé a conocer algunas, como las de Robinson Crusoe en su isla, Gulliver en Liliput y Robin Hood en su bosque. Luego descubrí que las princesas y las hadas, los gigantes y los genios, los reyes y las brujas, los tres chanchitos y los siete cabritos, el patito feo y el lobo feroz, todos mis viejos conocidos de los cuentos de hadas que solía escuchar, también habitaban en libros.

Cuando aprendí a leer, fui yo quien pasó a vivir en los libros. Conocí a personajes de cuentos populares de todo el mundo en colecciones que me llevaron de viaje desde China a Irlanda, desde Rusia a Grecia. Me sumergí tanto en los libros de Monteiro Lobato que podría decir que me había mudado a la Quinta del Benteveo Amarillo y que me había quedado allí. Era un territorio libre, sin fronteras.

Con la misma facilidad pude vivir en el Mississipi con Tom y Huck, cabalgué por Francia junto a D'Artagnan, me perdí en el mercado de Bagdad con Aladino, volé a la Tierra de Nunca Jamás con Peter Pan, sobrevolé Suecia montada en un ganso con Nils, me metí por una conejera con Alicia, fui devorada por una ballena como Pinocho, perseguí a Moby Dick con el capitán Ahab, navegué por los mares con el Capitán Blood, busqué tesoros con Long John Silver, di la vuelta al mundo con Phileas Fogg, me quedé muchos años en China con Marco Polo, viví en Africa con Tarzan, en la cima de una montaña con Heidi y en una casita de la pradera con la familia Ingalls, fui una chica de la calle con Oliver Twist en Londres y con Cosette y los miserables en Paris, escapé de un incendio con Jane Eyre, fui a la escuela de Corazón con Enrico y Garrone, seguí a un santo varón en la India con Kim, soñé con ser escritora igual que mi querida Jo March, formé parte de los Capitanes de la Arena con Pedro Bala en las laderas de Bahía y a partir de entonces cada vez fui leyendo más libros para personas grandes. Así de simple. Sin fronteras geográficas ni franja etaria. Sólo yendo de un lado a otro, todo vinculado en una red de casas encantadas.

Hasta que, con tantos mundos, fui construyendo los míos. Y comencé a compartir con otras personas, en los libros que escribo, todo aquello que vive dentro de mí.



Traducción de Laura Canteros
https://www.imaginaria.com.ar/09/9/dia.htm
https://filanagnosia1pyr.blogspot.com/




International Children's Book Day 2003 Brazil

Since 1967, on or around Hans Christian Andersen's birthday, 2 April, International Children's Book Day (ICBD) is celebrated to inspire a love of reading and to call attention to children's books.

Each year a different National Section of IBBY has the opportunity to be the international sponsor of ICBD. It decides upon a theme and invites a prominent author from the host country to write a message to the children of the world and a well-known illustrator to design a poster. These materials are used in different ways to promote books and reading. Many IBBY Sections promote ICBD through the media and organize activities in schools and public libraries. Often ICBD is linked to celebrations around children's books and other special events that may include encounters with authors and illustrators, writing competitions or announcements of book awards.

The sponsor for International Children's Book Day for 2003 is Brazil
The poster by the Peruvian artist Rafael Fabrice Yockteng Benalcázar, was selected in a competition among Latin American artists. Andersen Award winner Ana Maria Machado wrote the message.



Books: The World in an Enchanted Network

by Ana Maria Machado


I was a small child, but I don't know how old I was… Just tall enough to stand before my father's desk and rest my arms on it with my chin on my hands. Right in front of my eyes there was a brass statuette: a very thin knight holding a javelin and riding on an even thinner horse, followed by a small donkey carrying a short fat man who was holding his hat as if he was cheering.

In answer to my question, my father introduced them:

Don Quixote and Sancho Panza.

I wanted to know who they were and where they lived. I learned that they were Spaniards and had been living for centuries inside a book. Then my father stopped what he was doing, took an enormous book down from a shelf and began showing me the pictures while telling the stories of those two people.

One of the illustrations showed Don Quixote surrounded by books.

—And who lives inside those books? I asked

From his answer, I realized that there were all kinds of books. Inside them were infinite lives. From then on my parents helped me to get to know some of them. Robinson Crusoe on his island, Gulliver in Liliput and Robin Hood in his forest. Then I found out that princesses and fairies, giants and djinns, kings and witches, the three little pigs and the seven little goats, the ugly duckling and the big bad wolf, all of my old acquaintances from the folktales that I used to listen to, also inhabited books.

When I was able to read, it was my turn to live inside books. I met fairy-tale characters from the whole world who made me wander from China to Ireland, from Russia to Greece. The stories of our famous writer Monteiro Lobato were so much part of me that I could say that I lived at the Yellow Woodpecker Farm where they took place. It was a free territory with no boundaries. From there it was very easy to move to the Mississippi with Tom and Huck, to ride a horse in France with D'Artagnan, to get lost in Bagdad's marketplace with Aladdin, to fly to Neverland with Peter Pan, to travel over Sweden riding a goose with Nils, to go down a rabbit hole with Alice, to be swallowed by a sea monster with Pinocchio, to chase Moby Dick with Captain Ahab, to sail the seven seas with Captain Blood, to look for treasure with Long John Silver, to travel around the world with Phileas Fogg, to remain for years in China with Marco Polo, to live in Africa with Tarzan, on top of the mountains with Heidi or in a little house on the prairie with the Ingalls family, to be exploited on London streets with Oliver Twist or in Paris with Cosette, to survive a fire with Jane Eyre, to go to the Cuore school with Enrico and Garrone, to follow a holy man in India with Kim, to dream of becoming a writer with Jo Marsh, to be part of the gang of the Sand Captains with Pedro Bala on the hills and beaches of Bahia. Just like that. No boundaries and no age groups. Skipping from here to there. Everything somehow linked in a strong network and a powerful web.

Little by little, from so many worlds, I developed my own world. And in the books that I write I share with other people everything that lives inside me.


http://ibby.org/
Biennial Report 2002–2004 – IBBY (pdf)

"Argentina crece leyendo"


“Por una biblioteca popular más inclusiva, solidaria y comprometida con la sociedad”